- I -
Desmaleza, desmaleza,
va la niña con sus manos,
por los bosques rusticanos
llenos de tanta riqueza.
Sin saber de su grandeza,
ni tampoco de su don,
en el patio, en el rincón,
plantó brotes milenarios;
mientras vivía calvarios
nace algo en su corazón.
- II -
Con eucaliptus y encinos
un gran bosque va plantando
y es paciente cosechando
cientos de frutos divinos.
Pero un día los vecinos,
necios a más no poder,
por ver un tronco crecer
pidieron talarlo entero,
y en un acto lastimero
el árbol dejó de ser.
- III -
Desde el tronco a la raíz,
de la raíz a las ramas,
todo se transformó en llamas
¡Qué calor más infeliz!
Lacerante cicatriz,
la niña se desanima,
pues el mundo subestima
el crecer de una semilla
y se olvidan que la ardilla
sin árbol, ¿dónde se arrima?.
- IV-
Por más que su árbol talaron,
y a pesar de su dolor,
fue y le dijo al leñador:
"a mi tronco lo quemaron
y sus ramas las humaron
pero sé que encontró calma".
Y así la historia se empalma;
mientras la niña crecía,
en ella un árbol nacía:
La raíz estaba en su alma.